ORCOS - TROLLS

Orcos

Los orcos o trasgos son una raza fantástica de criaturas usadas como soldados y secuaces de villanos aunque a veces también actúan de forma independiente. Son seres escasamente inteligentes pero muy astutos cuando es necesario, miserables y deformes. Odian todo lo existente, incluso a ellos mismos y a sus amos, a quienes sirven por temor. Aborrecen la luz del sol y no soportan estar bajo ella.

 Su aspecto físico general era deforme y basto , poseyendo rostros brutales y feroces, piel de tonos fluctuantes entre el verde oscuro y pardo, orejas puntiagudas y afilados colmillos en sus mandíbulas. Los orcos eran descritos como criaturas atrapadas en un odio constante por lo que la violencia era uno de sus impulsos naturales y la ejercían en todo momento, produciendo reyertas y enfrentamientos incluso entre ellos mismos. A pesar de ello, estos atributos les convertían en soldados efícaces y sangunarios. Sus armas habituales eran las espadas curvas, mazas, porras, martillos, escudos, arcos, etc. El entrenamiento entres ellos se reducía a lo instintivo y se ejercitaban continuamente en las numerosas batallas que acometían.

Trolls

Un troll es un temible miembro de una mítica raza que se dedica a robar y a raptar humanos. Están dotados de enormes orejas y narices. Habitan bajo tierra y son muy parecidos a los humanos en apariencia. A veces tenían una cola escondida en sus ropas. La mayoría de las veces se mantenían invisibles y así podían viajar sobre los vientos o colarse en los hogares humanos. Los trolls también son famosos por su habilidad de cambiar de forma adoptando el aspecto de troncos caídos o animales como gatos y perros.  Los troles pequeños eran seres sociales y vivían juntos  en complejos subterráneos, accesibles desde entradas bajo grandes cantos rodados del bosque o las montañas. En sus moradas, los trolls acumulaban oro y tesoros.

Los troles podían provocar mucho daño cuando eran vengativos o juguetones. Eran paganos y grandes ladrones. A veces raptaban gente para convertirla en su esclava. Cualquiera podía ser raptado por los trolls, incluso el ganado, pero el mayor riesgo lo corrían las mujeres que habían dado a luz ya que, ocasionalmente, los trolls robaban los bebés recién nacidos, dejando su propio vástago en su lugar. En la mitología escandinava, fueron perseguidos por Thor, quien arrojaba sus martillos como rayos para matarlos. Otra forma de combatirlos era confiarse en el cristianismo ya que los trolls odian todo aquello que es sagrado.