En 1668, cuatro niños
de una familia acaudalada comenzaron a comportarse de manera extraña: maullaban
como gatos, ladraban como perros, tenían la capacidad de volar como gansos.
Cuando los niños leían sus textos bíblicos o acudían a misa, su comportamiento
se trastocaba en actos violentos. Por otro lado, la hermana mayor de 13 años, Martha, se quedaba paralizada
mientras el resto de la familia rezaba con fervor. Esto motivó que sus padres
creyeran que ella y sus hermanos estaban bajo el poder de algún ser diabólico.
Un conocido de la familia, que ejercía de ministro en Boston, se llevó a
Martha
a su hogar para observarla y determinar la causa de su extraño comportamiento. Tras
algunos días de observación, y al ver que la niña no podía llevar a cabo sus
oraciones de manera fluida, determinó que era una bruja y la sentenció a morir
colgada en la horca en noviembre de 1668. Eran tiempos en que la ignorancia
estaba por encima de la razón y el fanatismo cegaba la percepción objetiva de
la realidad.
La historia oficial de las llamadas “Brujas de
Salem” empezó a finales de enero de 1692, cuando la pequeña y conservadora comunidad de Salem, ubicada en la entonces colonia inglesa de Massachusetts, Nueva Inglaterra, se vio sorprendida por los extraños síntomas (ataques epilépticos, desmayos, comportamiento agresivo) que mostraban dos niñas. Ellas
eran Abigail Williams, de 11 años y Elizabeth Parris, de 9, sobrina e hija de
Samuel Parris, reverendo que había iniciado sus funciones en la localidad de Salem tres
años antes.
Cuando se interrogó a
las niñas acerca de lo anterior, ambas coincidieron en que sintieron la
presencia de un extraño ente inhumano e invisible que las acechaba.
-Estas niñas han sido
víctimas de hechos diabólicos- afirmaron asustados, los médicos y autoridades
del lugar. Después les preguntaron a las niñas si sospechaban sobre algo o
alguien que pudiera haber sido el causante de sus malestares. Las chiquillas, después
de intercambiar algunas miradas y cuchichear entre sí afirmaron:
-Esto ha sido obra de
nuestra nana Tituba.
Tituba era una esclava de Barbados que cuidaba de las niñas. En
reiteradas ocasiones, antes de que Betty y Abigail se fueran a la cama, les
había contado historias relacionadas con el vudú, la magia negra y seres
sobrenaturales que proliferaban en su país de origen. Las niñas eran propensas
a fantasear acerca de ello y se les hizo una salida fácil culpar de sus
malestares a la inocente mujer, que se convirtió en la primera procesada por
brujería.
Así como su imaginación
y nerviosismo les dio para culpar a su nana, también mencionaron los nombres de
otras dos mujeres: el de la pordiosera Sarah Good y la polémica libertina Sarah
Osburn. Un tribunal fue en
busca de las dos mujeres y las llevó hasta sus oficinas para interrogarlas.
-Aquella que no
confiese sus pecados y sus pactos con Satanás, morirá en la horca- mencionó uno
de los jueces.
Tituba se llenó de
horror ante la posibilidad de morir asfixiada y, contra su voluntad, confesó
que había visto al diablo en persona y que, en efecto, sostenía pactos con él.
La audiencia se llenó de asombro y un cuchicheo morboso llenó las paredes del
lugar. En cambio, Good y Osburn negaron absolutamente cualquier relación con
hechos diabólicos. Los jueces no se tentaron el corazón y mandaron encarcelar a
las tres mujeres sin sentir compasión ante sus terribles súplicas. Para los pobladores, las acusaciones dadas por las niñas cobraron
sentido. La noticia comenzó a regarse como la pólvora por toda la comunidad: vivían
brujas en Salem...
Una ola de pánico sacudió a otras niñas que, al igual que Betty y
Abigail, comenzaron extrañamente a padecer los mismos síntomas que ellas. Médicos y
autoridades interrogaron a las niñas que manifestaban tan extraños
comportamientos. Al igual que hicieran Abigail y Betty, las niñas señalaron a
otras mujeres como las causantes de sus males debido a su condición de brujas.
La situación cobró tales dimensiones que se decidió crear un tribunal en
Boston para tratar el tema de las brujas. Así comenzó una cacería que se basaba
en los testimonios de las niñas y en la búsqueda de detalles físicos
francamente ridículos para encontrar supuestas brujas: lunares, cicatrices o
vello. El 27 de mayo, el gobernador de Massachussetts, Sir William Phits, estableció una corte especial para los
casos de brujería y sentenció a la primera bruja a morir colgada el 10 de
junio.
Con el pasar de las semanas, la histeria
de las personas hizo que se acusaran los unos a los otros. La desconfianza se
extendió a los poblados vecinos. Entre los mismos familiares comenzaron a denunciarse
mutuamente: los esposos se acusaban entre sí, los hijos acusaban a sus padres y
éstos a primos o hermanos, en una cadena de histeria como pocas veces se ha
visto en la historia mundial. La euforia y el miedo eran tales que también hubo
hombres que recibieron acusaciones de brujería.
Por medio de crueles torturas, los detenidos eran
obligados a confesar su afiliación a prácticas de brujería y magia negra, en
una de las muestras de abuso de poder más célebres y lamentables de la
historia. Los procesos y los interrogatorios basados en mentiras e injusticias
siguieron a lo largo de varios meses, lo cual causó que muchas familias fueran
destruidas, que cientos de niños quedaran huérfanos y que los campos de cultivo
se perdieran debido a la falta de atención.
De las cientos de personas señaladas de
practicar la brujería, se calcula que entre 144 y 185 mujeres y hombres fueron
acusados durante los meses en que ocurrió este terrorífico hecho. La persona
más joven en ser acusada de brujería fue un niño de cinco años. Los juicios finalizaron en mayo de 1693.
El
puritanismo tan riguroso de los colonos de Nueva Inglaterra fue una de las
causas por las que esta historia pudo esparcirse con tanta facilidad en las
mentes asustadas de los habitantes de aquella época. Tenían creencias tan
profundas en comenzar una nueva sociedad perfectamente creyente y devota que
los relatos del demonio eran como leña seca cerca del fuego: a la menor
provocación ardían en nervios y predisposición por combatir lo que creían
maligno guiados por la fuerza de su dios.
Los colonos
que habían llegado desde Inglaterra a poblar un territorio desconocido y vasto
se enfrentaron a todo tipo de leyendas fantásticas debido a su franca
ignorancia. Además, la ciencia se encontraba en una etapa en la que aún no
explotaba para llenar de luz las mentes del pueblo. El miedo era fácil de
transmitir entre las mentes iletradas de personas
que comenzaron a crear una historia de perversa irrealidad que simplemente se
salió de las manos de autoridades y civiles.
Muchos especialistas sostienen que es muy probable
que los supuestos ataques de las niñas Betty y Abigail Williams se trataran de
razones psicológicas o simples caprichos infantiles. Otros han lanzado una
nueva hipótesis para explicar esta ola de histeria colectiva de supuesta
brujería y posesión diabólica. Se cree que todo podría ser culpa del ergotismo,
una enfermedad causada por la ingesta de alimentos contaminados por toxinas
producidas por hongos parásitos, los cuales infectan el centeno, la avena, el
trigo y la cebada y los cuales contienen agentes químicos parecidos al LSD, una
de las grandes drogas alucinógenas de la historia. Se sospecha que estos hongos habrían desencadenado los síntomas en Abigail
Williams y Elizabeth Parris.
La historia de las
brujas de Salem ha tenido mucha repercusión a lo largo del tiempo, inspirando
desde películas hasta obras de teatro. El músico y cineasta Rob Zombie filmó
una cinta llamada “The lords of Salem”
en 2013. El escritor Arthur Miller compuso en 1952 una obra de teatro inspirada en este
acontecimiento titulada “The Crucible”.
Esta obra fue llevada al cine en 1996 en una historia protagonizada por Winona
Ryder y Daniel Day Lewis.
Woah! Justo estoy escribiendo sobre Wicca y me he interesado bastante últimamente con todo lo relacionado a ella *.* muchas gracias por el post!!
ResponderEliminarHola Carolina!
EliminarDe nada y que te vaya bien con lo de Wicca.
Salu2
¡Hola!
ResponderEliminarGracias por traer la historia de estas brujas, la verdad ha sido muy interesante leer el contenido, te ha quedado genial.
¡Un beso!
Hola Alex!
EliminarGracias. Me alegro que te haya gustado.
Besos.