Honestamente no conocía la existencia de este
libro hasta que Netflix estrenó la serie basada en él. Por trece razones, en
inglés Thirteen Reasons Why, es una
novela escrita por Jay Asher. Ni que decir que la serie se ha convertido en todo
un éxito al igual que el libro. Si bien es cierto que éste último presenta
algunas diferencias con respecto a la serie, ambos reflejan perfectamente lo
que se quiere transmitir, sea en el formato que sea. La novela gira en torno
a Hannah Baker, una adolescente que decide suicidarse pero antes deja siete
cintas de cassette en las que expone las trece razones por las que ha tomado la
decisión de quitarse la vida. Cada cara de cada una de esas cintas está
destinada a una persona diferente (en total 13 caras, la cara número 14 está
vacía). Trece personas que influyeron en su decisión de suicidarse, trece
personas que, de algún modo, son culpables de su muerte y siete cintas que podrían destruir la
vida de todos sus destinatarios si los secretos que contienen salieran a la
luz, de igual manera que ellos arruinaron la vida de Hannah. Siete cintas que pasarán por
las manos de cada una de esas 13 personas implicadas siguiendo dos sencillas reglas
establecidas por Hannah: escuchar y pasar las cintas al siguiente de la lista. Una muy buena razón para no destruirlas ya que, de ser así, el contenido de las cintas se haría público al igual que los nombres de los involucrados. Qué mejor manera para Hannah de vengarse de todos aquellos que la hicieron sufrir que poniéndolos a todos en evidencia revelando sus secretos más oscuros e íntimos.
Por su
parte, Clay, perdidamente enamorado en secreto de Hannah, quedará totalmente
devastado. Sin embargo, dos semanas después de la muerte de Hannah, Clay recibe de manera anónima una caja de zapatos que contiene un mapa con puntos señalando lugares concretos
de la ciudad, frecuentados por las trece personas que la llevaron a
suicidarse, y siete cintas de cassettes. Cinta tras cinta, Clay irá
desentrañando las razones que llevaron a Hannah a suicidarse y con cada una de
ellas Clay se sentirá cada vez más desesperado por comprender la decisión de
Hannah al mismo tiempo que una sensación de impotencia se apoderará de
él por no haber podido hacer nada para salvarla a tiempo de haberlo
sabido antes. De hecho, Clay es el único inocente de entre todos ellos. Él no hizo nada más que admirarla a distancia, por lo que, al principio, le resulta díficil entender porqué su nombre figura entre una de esas cintas. A través de Clay, el lector sentirá el sufrimiento de Hannah y será espectador de la maldad de aquellos que contribuyeron
a su suicidio de maneras muy diferentes: violación a la íntimidad, rumores,
violación física, indiferencia, negligencia, acoso,... La intriga así como la tristeza, malestar y frustracion de Clay aumentarán a medida que escucha todas las grabaciones. Sin embargo, como Hannah dijo, "Si estás eschuchando esto, ya es demasiado tarde".
La historia que se relata en el libro sucede en
el transcurso de una noche a través de la cual se entrelazan el presente por
medio de Clay y los flashbacks narrados por la propia Hannah. Un relato corto, apasionante y conmovedor sobre la necesidad de
la verdadera amistad pero a la vez dramático y con un final
trágico que trata temas tan turbulentos y oscuros como la violación, el
bullying, el suicidio, la depresión y las consecuencias que pueden tener los
falsos rumores y el mal uso de las redes sociales.
Tal vez para muchas personas, las
razones de Hannah sean simplemente demasiado estúpidas como para suicidarse,
pero estúpidas… ¿para quiénes? Resulta que todo depende del punto de vista con
el que se mire. Para la persona que tiene la suerte de no ser el punto de mira
de un grupo de acosadores descerebrados, sí pueden parecer razones
estúpidas, pero para la persona que está siendo acosada, todas esas razones son
todo menos estúpidas. No hay que olvidar que durante la adolescencia, ese delicado
periodo de la vida donde la mayoría se siente solo e incomprendido, se forja la
personalidad de cada uno y que todas las experiencias que vivimos serán las que
asienten las bases de nuestra vida adulta.
Desgraciadamente, en el mundo hay personas envidiosas, cobardes e inseguras que necesitan acosar a otros para sentirse bien con ellos mismos sin
darse cuenta, o tal vez si que lo hacen pero les importa un rábano, del impacto
que podrían tener ciertas palabras o de que cualquier acción, por muy
insignificante que parezca, podría tener graves consecuencias para otros…
porque todo lo que hacemos influye en los demás, porque lamentablemente cada acción tiene su
reacción:
Actualmente el mundo entero combate
contra un virus mortal, el Covid 19. Juntos estamos logrando detenerlo poco a
poco y juntos conseguiremos erradicarlo. Si nos lo proponemos, juntos también
podríamos erradicar este otro virus llamado acoso escolar.
Todos los acosadores
se parecen entre sí. Por algo dicen que «Dios los cría y ellos se
juntan solos ». Parecen ser extravertidos y amistosos cuando en realidad
son agresivos, callados, escurridizos y falsos. Les gusta controlar a los demás
y están centrados en sí mismos. Pero, sobre todo, suelen ser individuos con
pocas habilidades sociales, es decir antisociales que no entienden de emociones
sociales normales como la culpa, la empatía, la compasión o el remordimiento,
que no saben tratar con la gente y tan inseguros de si mismos que acosan a los
demás para sentirse mejor. En pocas palabras, son personas mentalmente enfermas
que necesitan la ayuda de un profesional de salud mental, como un terapeuta, un
trabajador social, un psiquiatra o un psicólogo. No hay que olvidar que el
acoso, independientemente del tipo que sea (verbal, físico, psicológico o cibernético) está penado por la ley con
sanciones bastante duras. Un acosador, menor de 18 años, puede ser sancionado
con una pena que oscila entre los seis meses y los 15 años de prisión y una multa de hasta 7.500€; para un acosador mayor
de 18 años, la sanción podría ser de entre 7 a 15 años prisión y una multa de hasta
100.000€, dependiendo del agravante. Al menos así es en Francia. Sea como sea, nunca hay que dudar en pedir ayuda a alguien de confianza que nos pueda apoyar para
salir de una situación como ésta, porque nadie tiene derecho a empañar los
mejores años de nuestra vida.
Así que si estáis leyendo esto, puede que aún no sea demasiado tarde.
¡Hola Maria!
ResponderEliminarMe ha ENCANTADO completamente el mensaje que das en esta hermosa reseña, es tan cierto lo que mencionas, si luchamos por combatir un virus, ¿qué nos impide por acabar con los acosos? Muy bello el contenido de verdad, bueno para reflexionar sobre ciertos actos.
¡Un abrazo de oso!
Hola Alex!
EliminarPor tu abrazo de oso, puedo sentir lo mucho, mucho que te ha encantado. Muchas gracias! y me alegra que te haya gustado tanto. Feliz domingo.
Un enorme abrazo de... gorila!
Muy buena entrada, vi la serie por lo menos la primera temporada que creo que es la que merece la pena y da un mensaje buenísimo y deberían ponerla en los institutos. Que aunque contenga imágenes muy fuertes la veo necesaria por que te hace tan impotente hacia ciertos actos de acosadores. yo misma fui acosada en el colegio y uf se pasa tan mal que yo en su día también llegue a querer morir para poder acabar con el sufrimiento.
ResponderEliminarBesos y nos leemos.
Hola Sahira!
EliminarPues de entrada te digo que hubieras cometido el error más grande de tu vida... Imagina todo lo que te hubieras perdido... solo por un grupo de acosadores que no merece la pena... y que además son unos cobardes enfermos mentales. Nah! Me alegro muchísimo de que no tuvieras el valor de hacerlo, bueno más bien que tuvieras el valor de continuar adelante con tu vida... Y a los que te acosaron ten por seguro que existe un karma (todo lo que haces se te devuelve tarde o temprano de la misma forma).
Nos leemos. Besos.