¿Quién
podría imaginar que la Peste pudiera ser tan atractivamente sexy? Honestamente,
cuando empecé a leer Pestilence de Laura Thalassa, al principio, mantuve una
actitud escéptica sobre si adoraría a este ser angelical que pasaba todo su
tiempo propagando la enfermedad por los cuatro rincones del mundo. No obstante,
y siempre lo he dicho, me gusta dar una oportunidad a todo. No soy de aquellas personas
que dicen que algo no les gusta sin haberlo probado antes, así que, de nuevo,
volví a confiar en Laura Thalassa. Ahora puedo decir que no me ha decepcionado
nunca, ni una sola vez. André y Plutón (The Unearthly), Caden (The Vanishing
Girl), Montes (The Fallen
World), Desmond (The Bargainer), incluso Jame (The Infernari)… cada uno de
ellos se ha ganado un lugar en mi corazón en algún momento, y ahora Pestilencia
se une a sus filas.
Esta
historia no es para los débiles de corazón. Es aterradora, a veces desgarradora
y oscura, más oscura que cualquier otra que haya leído de Thalassa. Si han
leído La Reina De Todo Lo Que Muere,
entenderán porqué lo digo. Sin embargo, por muy oscura que la historia sea,
Pestilencia es una lectura fantástica, contada exclusivamente desde el punto de
vista de Sara, una joven cuya vida dio un vuelco con la llegada de los cuatro
jinetes del Apocalipsis, cinco años antes. Ahora Sara es bombero y paramédico, y
una de las últimas personas que se queda en la ciudad para ayudar durante las
evacuaciones en medio de un escenario apocalíptico.
No obstante, Peste pronto descubre que los humanos no son como él. Se cansan, necesitan descansar y alimentarse. Por supuesto, Sara tiene que ser arrastrada, maniatada, por toda la ciudad para que Peste se percate de todo eso. Se niega a dejarla morir, lo que, por otra parte, la hace inmune a la enfermedad que él sigue propagando. Por otro lado, mientras Sara está lidiando con el abuso físico, también aprenderá que Peste es muy bueno también en el abuso psíquico. Francamente, algun@s llamarían a esto tortura sádica pura y dura. Y, sin duda, lo sería, si no fuera porque a medida que avanza la historia vemos evolucionar positivamente al anti-héroe.
Al principio, Sara cree que morirá pronto, pero no se enferma como todos los demás. Se ve obligada a viajar con Peste a donde quiera que vaya, de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, y trata de ayudar a los enfermos siempre que puede, aún sabiendo que van a morir. Con un carácter fuerte, su compasión y su desenlance hacia los moribundos le da una dimensión trágica y emocional muy fuerte al libro. Por su parte, Peste es el vengador por orden de Dios. Su único propósito no entiende de emociones humanas o de compasión. Peste, en sí mismo, es un enigma. Es despiadado y, sin embargo a veces, Sara consigue ver su lado bondadoso. Un completo rompecabezas que ella desea resolver y que, al mismo tiempo, le hace detestarse por querer resolverlo. Así como Peste ve en Sara sólo a la mujer humana que intentó matarlo a pesar de sus súplicas. Tomar la decisión de quemar vivo a Peste mientras éste pedía misericordia no fue algo fácil para ella. Y si ella se culpa por su acto, Peste está ahí para recordarle que nunca debió desquitarse con él,... ¡un insignificante ser humano sin importancia que osa retar a ese ser divino, un guerrero de Dios!
No obstante, cuanto más tiempo pasan juntos, se inicia una conexión entre Sara y Peste hasta tal punto que ambos se ven sumergidos en sus propias luchas internas. Ella se siente atraída por su belleza y se odia a sí misma por ello porque él es su enemigo, el enemigo de la humanidad entera. Albergar tal sentimiento sería traicionar a la raza humana.
Si bien, al principio, la naturaleza misma de Peste, la razón de su existencia repele a Sara en su interior, con el tiempo se da cuenta de que él también tiene emociones, emociones que han ido construyéndose lentamente y que salen a flote cuando deja entrever un sentimiento de contrariedad hacia lo que debe hacer como misión. En realidad, a Peste no le gusta matar sino que más bien siempre ha tenido la convicción de que era la única manera de liberar al mundo, porque creía que el mundo sería más seguro sin los humanos. Sin embargo, cuando Peste se siente atraído por Sara y su humanidad, empieza a entender lo que significa perder al ser amado, a llorar la pérdida de alguien, a disfrutar de las cosas sencillas de la vida… A medida que avanzan los capítulos, el vínculo entre Peste y Sara se profundiza porque los sentimientos entre ambos cambian inexorablemente, porque, sin saberlo, cada uno de ellos está cambiando al otro.
La lectura de este libro me hizo pasar por varias emociones porque, obviamente, durante su viaje por carretera, se cruzarán en el camino con un cierto número de seres humanos: buenos y malos, niños y ancianos, y Sara los verá a todos sucumbir al contagio de la peste. Algunas escenas me conmovieron, especialmente la de la pareja de ancianos, Ruth y Rob, profudamente enamorados el uno del otro, que acogen a Peste y Sara con amabilidad y benevolencia, conscientes de las consecuencias. Cuando fueron tocados por la plaga, me rompió el corazón. Sin embargo, tal vez fuera el primer paso para que Peste comenzará entender que la raza humana podría tener la oportunidad de redimirse y, ¿por qué no?, de ser salvada.
Al principio, me preguntaba si no estábamos ante una especie de romance oscuro con síndrome de Estocolmo pero en realidad no, la autora sólo retoma los códigos de la fantasía urbana con un aumento de poder «in crescendo» especialmente a nivel de los sentimientos contradictorios y paradójicos que se establecen entre Peste y Sara a medida que su viaje avanza. Además, a veces, las interacciones entre ambos son verdaderamente entretenidas y graciosas. A Sara le encanta hablar demasiado, es un «moulin à paroles». Por su parte, Peste prefiere la soledad, el silencio. Poseen personalidades tan opuestas que, durante la trama, se producen algunas interacciones divertidas porque ambos son tan diferentes entre sí que, sin darte cuenta, te arrancan una sonrisa.
Pero al mismo tiempo te hacen sufrir. Cada uno se tortura por el amor que siente por el otro, por creer que se traicionan a sí mismos y a sus creencias por albergar tales sentimientos hacia el otro. Y, de repente, los vemos llegar a tal punto en que se entregan a lo que sienten, admiten que se aman y deciden luchar el uno por el otro. Sin duda, absolutamente... maravilloso.
Ni
que decir tiene que fue todo un placer leer una historia que toma todos los
códigos básicos de la fantasía urbana en una atmósfera post-apocalíptica en
medio de la cual surge una magnífica y conmovedora historia de amor que irá creciendo poco a poco
a medida que transcurren los capítulos. De momento, este primer tomo de la saga
Los Cuatro
Jinetes es uno de mis favoritos porque mezcla otras dos
sagas de fantasía urbana que ya me habían encantado: AngelFall (donde allí eran
los ángeles quienes querían destruir a los humanos, pero siempre se quedaba en
un universo «cristiano»), de la autora americana Susan Ee, y la saga
Los Jinetes del
Apocalipsis, de la excelente Larissa Ione. Así que, a
diferencia de esta última saga donde la Peste era el último jinete del Apocalipsis
en entrar en escena, en la obra creada
por la autora americana Laura Thalassa, Peste es el primer jinete en
despertarse e infectar a los humanos con una plaga letal. Sus tres hermanos, Muerte, Hambre y
Guerra, siguen latentes, los cuatro aparecieron hace 5 años en la Tierra y
desde entonces no ha habido ninguna señal de ellos, excepto la de Peste que
avanza de ciudad en ciudad propagando la muerte a su paso.
El universo creado
alrededor de los Cuatro Jinetes es bastante intrigante y no revela todos sus
misterios en el primer volumen. Aparecen, ponen el mundo patas arriba y luego
desaparecen antes de reaparecer más tarde, cada uno por su lado. Aprendemos lo
suficiente de Peste para estimular nuestra curiosidad y quedarnos con ganas de
saber más.
En definitiva, un mundo post-apocalíptico, un romance paranormal y una fantasía urbana, fascinante y original. Nada se deja al azar en esta interesante y cautivadora trama repleta de tensión y drama donde se revelan escenas perfectamente adaptadas a ese mundo dantesco. Desgarradoras, tristes, a veces espléndidas escenas de romance, de amor y esperanza, con toques divertidos y entrenidos, pero la mayoría de las veces horribles y espeluznantes donde el valor de la humanidad se convierte en nada y el amor de dos seres, completamente diferentes, lo cambia todo. Absolutamente recomendable para los amantes de la fantasía urbana, post-apocalíptica, distópica y paranormal.
¡Hola! No conocía este libro, pero me ha llamado mucho la atención. La parte de los jinetes me ha recordado un poco a la serie de "Sleepy Hollow", aunque no tengan nada que ver, jajaj. ¡Gracias por la reseña! Un beso!
ResponderEliminarHola!
EliminarTe aseguro que este libro ( en realidad es una saga) está muy bien. Y eso que el libro de La leyenda de Sleepy Hollow me encantó (de Washington Irvin) y la película que dirigió Tim Burton, por cierto uno de mis directores favoritos, me fascinó. Besos
Hola María!!
ResponderEliminarLo lei el año anterior, me gusto pero no tanto. Me alegro que te haya gustado.
Besos💋💋💋
Hola Ella!
EliminarA mí me encantó. Besos.